Desde muy pequeños nos inculcan historias de héroes omnipotentes. Personajes con capas, antifaces, trajes poderosos y habilidades sobrenaturales ¿Quién no ha deseado alguna vez hacer justicia, cuando no llega, y embutirse en un traje que le haga fuerte, sexy y poderoso? Creo que todos...
Yo misma quisiera ser "La mujer maravilla" y luchar contra las fuerzas del mal que tanto nos ahogan.
Luego la vida avanza y los héroes son otros: personas, como tu y como yo, que superan obstáculos relacionados con los miedos, la salud, situaciones laborales asfixiantes, inseguridades,...
A veces tienes de referente a gente no relacionada contigo y tu admiración es alta. Otras veces, las más afortunadas, esta admiración es infinita y se deposita sobre personas a las que amas. Es cuando, de forma súbita, se te presentan los verdaderos héroes.
Unos han vagado sin saber qué quieren hacer con su vida porque son diferentes y no encuentran dónde encajar del todo. Te muestran su calidad humana, su apoyo incondicional, inmenso amor hacia los suyos y una infinita sensibilidad artística y personal, que complementan con fuerza física adiestrada. Por supuesto, tienes dudas de estar a la altura de semejantes cualidades, aunque muchas veces te hayas visto reflejada en sus ojos y en su carácter.
Otros han luchado toda la vida creyéndose fuera de lugar por no estar en lo más alto. Acumulan éxito académico y laboral sustentado por un esfuerzo y tesón sin parangón. Han tratado de ser perfeccionistas y cuidar hasta el último detalle en todo lo que hacen, poniendo algunas veces en juego su salud. Siendo autocríticos hasta el castigo y sin rendición. No obstante, obtienen lo que desean y son la muestra de que todo esfuerzo tiene su recompensa. Otro superpoder.
Por otro lado están los que tratan de tirar muros emocionales a pesar de los miedos. Luchadores incansables desde que llegan al mundo. Independientes. Grandes profesionales. Madres. Doblemente madres.
Los que han mirado de frente a la posibilidad de una grave enfermedad y ante el susto han decidido vivir. Y crecer. Y avanzar con miedo, pero avanzar. Como la vida...Cayendo, algunas veces literalmente, mostrando gestos de dolor y alzándose luego para sacudirse el polvo y elegir la alternativa. Porque muchas veces, ante la mirada de otros, uno pretende ser un héroe con los superpoderes de los demás, lo cual es imposible si los superpoderes propios difieren.
Luego se unen todos, como en un cómic de Marvel, y el puzzle comienza a encajar: el ya hombre que no las deja caer con su mezcla de fuerza y sensibilidad físico-psicológica, la luchadora perfeccionista y la valiente. Así, sin más: la valiente. Y de esa manera se materializan los sueños, así como se cruzan metas.
Llegas a casa, repasas la jornada y llorando de emoción te das cuenta de lo más fundamental: lo que estos héroes te proporcionan, lo que te enseñan, nunca podrá reemplazarlo un cómic.
A mis hermanos.
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