jueves, 31 de agosto de 2017

TALLER DE ESCRITURA. RETO 6: LOS LUNES ETERNOS.

Imaginemos que nos obligan a vivir los lunes eternamente. Se eliminan los otros seis días de la semana y será lunes cada mañana que nos despertemos. Para ello se han puesto de acuerdo todos los países del planeta, por vez primera (Escribir un relato de no más de 155 palabras).

(...)

Lunes en bucle. Lunes perpetuos, nos imponen.

Una vez escuché que el mañana es una utopía. Que el ayer es historia, el mañana no existe y el presente es un regalo. Tenemos el presente. Aunque se llame lunes cada día.

¿Quién convence a un refugiado de que los días son diferentes? ¿Y a un preso en cadena perpetua? ¿Qué sentido tiene, el nombre de los días, para cualquier ciudadano de un país en guerra? ¿Y para los que se juegan la vida cruzando un mar que se los traga? Ellos carecen del regalo del presente. Pues es su bucle, su tortura.

Pero nuestros días son variables. Aún somos lujosamente libres para hacer cada uno distinto al anterior.

Concluyo que el verdadero despropósito está en la burla que los gobiernos hacen ignorando a aquellos olvidados. Ocultan su vergüenza desviando nuestra atención. Y hay tanto por arreglar, que esta estupidez de los lunes me parece imperdonable.


domingo, 20 de agosto de 2017

LA NOVELISTA.

Pasaba todos los días a leerle una historia.

Su abuela había quedado ciega por la diabetes y habían llegado a un acuerdo: una historia por otra.

Le leía novelas de amor, de aventuras, de misterio, de terror,...Le leía el periódico, pues prefería escuchar las noticias en su voz que en los noticiarios. Y su abuela, como pago, le relataba sus propios cuentos.

Le contaba sucesos de su vida, de la vida de otros, o frutos de su imaginación. Era una oradora espléndida.

Recordaba cómo, cuando era niña, prefería quedarse en casa ayudándola a cocinar o lavar, sólo para que le regalase historias. Entre el aroma de los guisos, el chasquido de los fritos o la espuma blanca de una pastilla de jabón, su abuela siempre le proporcionaba un cuento.

En su adolescencia decidió escribir todas aquellas historias. Todas eran diferentes. Y comprendió que las que no hubiera inmortalizado ya, no podrían recuperarse. Cuadernos y cuadernos se llenaban de palabras, recogiendo y transcribiendo los sonidos que emitía aquella boca surcada de arrugas y experiencias.

Siempre deseó ser escritora. Consideraba que su imaginación estaba atrofiada, así que su abuela se convirtió en su musa y su complemento perfecto.


Salía de trabajar e iba corriendo a verla para efectuar el trueque y fue así como acumuló historias que le proporcionaron una larga vida literaria.

Para cuando su amada abuela partió, tenía material e ideas infinitas. Nunca le daría tiempo a publicarlas todas...

viernes, 18 de agosto de 2017

TALLER DE ESCRITURA. RETO 5: EL GLOBO.

Un niño de cinco años con un globo recién comprado. El globo representa el castillo de Elsa (Frozen). El niño se despista y el globo vuela lejos y se pierde en el cielo... (Escribir un relato de no más de 155 palabras).
(...)

- Mamá...
- Bueno, le has liberado, viajará a donde quiera.
- ¿Y si lo derrite el sol?


- Verás...Una vez un señor, Dédalo, fue apresado con su hijo Ícaro. Dédalo era muy listo y fabricó unas alas de madera y plumas que pegó con cera. Pero la cera se derrite con el calor...

Le puso las alas a Ícaro y le advirtió que si volaba bajo, caería al mar. Y si volaba alto, se quemaría con el sol.

Ícaro voló pero al ver el sol, tan hermoso, quiso tocarlo. La cera se derritió y el muchacho cayó al mar y se ahogó.

Muchos creen que Ícaro fue tonto, pero yo pienso que fue tan feliz, que mereció la pena. Era libre.

Así que si tu globo decide viajar por el mundo, bien por él. Y si decide acercarse al sol, bien por él ¿Qué opinas?

- Que quiero volar.

La madre ríe, divertida:

- Volarás, sé que volarás.

jueves, 10 de agosto de 2017

EL DESENCUENTRO

Se sentó en un banco del parque. Observó el entorno tan conocido por sus sonidos, sus olores...Era el mismo banco de siempre, aunque ella ya no estaba.

Miró sus manos, los pliegues de sus nudillos, la forma de sus uñas, las venas de sus dorsos...le parecían hermosas y únicas.

Cuando era joven sufrió un accidente en el que quedó ciego. Con sólo 28 años perdió su trabajo y a muchos de sus amigos, pues no supieron adaptarse (ni siquiera él) a su nueva situación. Le fue necesario aprender a ver la vida de otra manera: con las manos, los oídos, el olfato,...y con el corazón.

Hacía tan sólo un mes, los médicos habían solucionado su problema mediante una intervención, consiguiendo devolverle su antigua capacidad.

Antes de entrar a quirófano se despidió de Luna, su compañera. La perrita había sido sus ojos todo este tiempo y, por fin, podría darle una jubilación a la altura. Ahora ambos verían el mundo en conjunto. Cada uno con su prisma...

Pero al recuperar la vista se vio solo. Sus amigos, los del mundo invidente, no supieron adaptarse a su nueva situación (ni siquiera Luna).



Cuando volvió a casa del hospital encontró al animal inerte, ausente el latido en su pecho, y se sentó a llorarla durante días...

Hoy había decidido ir al mismo parque de siempre para recordarla, pero no podría...De la misma manera que Luna necesitaba sus ojos vacíos para poder existir, él debía cerrarlos para recordarla. Aún y así su recuerdo era vago, incompleto...Ya no podía tocarla.

TALLER DE ESCRITURA. RETO 4. LOS ABUELOS

"Llegas a casa. Enciendes la tele. Sintonizas el canal que sueles ver habitualmente mientras cenas y, en la pantalla, aparecen tus abuelos recién casados, sentados a una mesa, hablando de sus proyectos futuros." (Escribir un relato de no más de 155 palabras).

(...)

Se me atraganta la cena. Ni siquiera pienso en lo inverosímil de la situación:

Los bellísimos ojos verdes de mi abuela irradian ilusión. Deseo informarla de lo que sucederá: tres hijitas fallecidas. Tristeza, mucha tristeza. Y mucha miseria...

Quiero pedirle que no la pague con sus hijas vivas. Que las quiera, que las abrace, que ellas no se le irán. Que se aferre a quien está pero...¿quién le cuestiona a una madre como gestionar semejante dolor?

En mi abuelo veo a todo un galán. A la versión más hermosa de Errol Flynn. Mucho más hermosa. También deseo decirle que, llegado el momento, no calle su dolor. Que no lo ahogue en coñac. Que no mire a otro lado.

Les observo jóvenes, bellos, en color. Tan vivos...Y decido que no debo avisarles de nada. Y que quizá su destino cambie. Ahora, que ya no viven como imágenes en sepia.


miércoles, 2 de agosto de 2017

LAS DOS MUJERES

Andaba rápida y distraídamente por la calle. Pensaba en sus cosas y en lo que tenía planeado hacer durante la mañana, pues llevaba el tiempo justo.

Al doblar la esquina se topó con dos mujeres que miraban un escaparate y, al verla aparecer, la mayor de ellas la miró como escrutándola, con miedo, con prudencia,...pero pareció pasar su filtro y se dirigió a ella.

Le preguntó que si podía decirle cuál era el precio del artículo que le interesaba del escaparate, que le habían encargado llevarlo, pero no sabía si se trataba de eso. Colgado a su lado tenía un enorme cartel con el nombre del producto y el precio...¿Qué dudas podía tener?

Al notar su cara de desconcierto, la señora empezó a dar explicaciones, asegurando que se lo habían pedido para algo que ella no sabía que se usaba. Parecía querer jugar al despiste...fue un encuentro extraño...Ella le contestó que sí, que era lo que buscaba, y la señora le dio las gracias con mucha sinceridad y alivio. Al alejarse de ellas, la mujer más joven le dio un suave apretón en el antebrazo y le dedicó una noble sonrisa de agradecimiento.

Ella siguió su camino sin entender bien qué acababa de pasar. Y, de repente, cayó en la cuenta: ¡no sabían leer!

Inmediatamente sintió un cúmulo de sensaciones dentro de sí: falta de comprensión, incredulidad, lástima, tristeza,...no sabía cuál era la emoción predominante. Darse cuenta de aquello le había sacudido del todo: ¿Cómo era posible? Las dos mujeres no eran tan mayores (la joven, incluso, tendría su edad). No eran extranjeras. Una de ellas llevaba gafas...Sólo era posible que no supieran lo que decía el cartel.

De repente olvidó la mayor parte de las cosas que pensaba hacer durante la mañana y empezó a vagar por las calles dándole vueltas a una idea: ¿Cómo se puede vivir sin leer?

En un mundo como éste, tener que fiarte de lo que te aseguran los extraños, no saber lo que firmas, no comprender ni las instrucciones de uso, ni las contraindicaciones, ni las facturas, ni las cartas de amor...No poder dejar ni recibir con la misma emoción, una nota avisando de que llegas a tal hora o de felicitación por un cumpleaños en el que no podrán verte...una nota de despedida, una confesión privada,...

No entrar en la evasión de la propia vida viviendo la vida de otros a través de los libros...perderse historias, viajes, amores, desamores, alegrías, tristezas,... perderse las palabras.

Llegó a verlas como a ciegas o a sordas. Como a personas con dificultades que sobreviven, pero que no se imaginan lo que se pierden porque no lo han tenido nunca...y pensó que ésta, sin embargo, era una discapacidad elegida. Aún así, le sobrecogió la manera en la que se habían dirigido a ella e incluso el gesto de despedida de la segunda mujer: habían conectado con ella desde la femeneidad, desde la ternura de una mirada y el contacto de una mano que quería sentirse cómplice. Quizá así era como habían sobrevivido...depurando otros medios de comunicación más primitivos que, a pesar de encontrarse tan lejos de su realidad, la habían traído de vuelta a su propia esencia.

Cuando se dio cuenta, había llegado a casa y, presa de todo lo que venía meditando, no fue capaz de volver a salir para hacer los recados. Decidió sentarse al lado de la ventana, abrir un libro, y volver a agradecer la gran suerte de la que era portadora. Ojalá estuvieran allí aquellas dos mujeres: habría leído y escrito para ellas. Y, si lo hubieran deseado, les habría enseñado a hacerlo por sí mismas.


TALLER DE ESCRITURA. RETO 3: EL MENSAJE DE WHATSAPP

Me conecto a whatsapp y encuentro un mensaje de alguien que no conozco. Sólo aparece una fecha: 07/09/2026 (escribir un relato de no más de 155 palabras con lo que sucede a raíz de esta introducción).

(...)

Pregunto quién es pero nadie responde. Por la noche se repite el mensaje. Vuelvo a preguntar. No hay respuesta...



Busco información sobre premoniciones, desastres meteorológicos, meteoritos, teorías extraterrestres,...nada.

A la mañana siguiente, un whatsapp explicativo: "Soy tu yo del futuro. Debes recordar esta fecha. En diez años la tecnología ha evolucionado hasta permitirnos contactar con personas del pasado y yo, he querido darme esta información.
Ahora controlan nuestros datos y costumbres, pero también nuestro tiempo. Se quedan nuestra historia.
No necesitas saber más, pero memoriza la fecha y, llegado el momento, permite que tu corazón te guíe".

Intento responder y el teléfono se apaga ¿Seré estúpida? ¿Y si he activado un virus y me ha estropeado el móvil?

Pero logro encenderlo...y la conversación ha desaparecido.

Me sigo sintiendo algo tonta, pero anoto la fecha. Nunca se sabe...