martes, 18 de abril de 2017

AMEN.

Persecución de gays en Rusia y Chechenia. Campos de concentración para alejarles del resto de la sociedad donde les torturan con saña. Hasta la muerte, si es preciso. No vaya a ser que se les pegue algo...

Personas. Personas que apresan, torturan, golpean, violan y hasta matan a otras personas sin ninguna razón justificable. Si es que alguna vez la hay.

Por cómo piensan, por cómo viven, por cómo actúan, por cómo aman...No les han hecho nada para provocar este odio. No es una venganza. Es un "yo no lo entiendo, no lo comparto y por eso te destruyo. Te humillo hasta la muerte" (ya sea psicológica o física).

Sembrar el miedo y el terror ante los que no se esconden por ser como son. Por ser. Simplemente por ser...

¿En qué momento el ser humano se deja alimentar de tanta oscuridad? ¿Cuándo dejamos de razonar para estigmatizar a alguien y perseguirle con la idea de disfrutar con su sufrimiento y exterminio? ¿Quién decide quién es merecedor de semejante castigo? ¿Es una cuestión cultural? ¿De educación? ¿Religiosa? ¿Una moda? ¿Demuestra la esencia del verdadero macho hacerse un criminal? ¿Hay de todo un poco?

Una vez leí que lo que te molesta de la otra persona, lo que te saca de tus casillas, es algo que te pertenece. Que sucede porque vemos reflejada en ella esa parte que más odiamos de nosotros mismos. De ser cierta esta premisa, en Rusia hay mucho gay frustrado. Quizá si dieran rienda suelta a su deseo, todo sería menos cruel, más humano. Sería interesante que el primero en ceder a ello fuera Putin, que con su silencio y su mirada a otro lado ha tratado de silenciar esta violación salvaje de los derechos humanos, hasta que ha sido imposible seguir escondiéndolo.


Resultado de imagen de putin maquillado

Más amor, señores, sea del tipo que sea. Más amor y más aceptarse a uno mismo, que a veces buscamos fuera los fantasmas que nos gritan desde dentro.

Amen. Así, sin acento...

No hay comentarios:

Publicar un comentario